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Con la majestuosa Sierra de Guadarrama como telón de fondo, Pedraza te invita a hacer un viaje al pasado, donde cada rincón parece contar una historia. Sus calles empedradas serpentean entre casas de fachadas blasonadas que evocan tiempos de nobleza y esplendor. La imponente muralla que rodea la villa, junto con el castillo que se erige como guardián silencioso, ofrece una sensación de protección que parece haber perdurado a lo largo de los siglos. Al caminar por Pedraza, te sumerges en una atmósfera medieval, en la que cada piedra y cada esquina cuentan con siglos de historia. Declarado uno de los pueblos más bonitos de España, Pedraza es un auténtico museo al aire libre que refleja, en cada rincón, la grandeza de su pasado feudal. Aquí, recorrer sus calles no es solo un paseo, sino una experiencia inmersiva que te conecta profundamente con la esencia de Castilla, donde el tiempo parece detenerse y la historia cobra vida.
Además, el encanto de Pedraza ha traspasado fronteras, cautivando al mundo del cine y la televisión con su singular belleza. Sus monumentos y paisajes han servido de escenario para numerosas producciones, atrayendo tanto a cineastas como a turistas que desean contemplar en persona los escenarios que vieron en la pantalla. Pero no todo es historia y cine en Pedraza.
Uno de los puntos más destacados de Pedraza es su encantadora Plaza Mayor, un verdadero ejemplo de la arquitectura castellana, donde las casas con sus elegantes soportales invitan a detenerse, respirar y observar el pulso tranquilo de la vida cotidiana del pueblo. La plaza, irregular pero majestuosa, se ha ido formando de manera orgánica a lo largo de los siglos, sin un diseño formal pero con un estilo que refleja la solidez y el carácter de Castilla. Durante las festividades locales, como las famosas Noches de las Velas, este espacio cobra vida con un espectáculo de luces que resalta aún más la belleza arquitectónica del lugar. El recorrido por la Calle Real, la arteria principal del pueblo, desemboca en esta plaza, creando una sensación de llegada que te hace sentir parte de su historia viva, como si cada paso te conectara más profundamente con las tradiciones que han perdurado a lo largo del tiempo.
Desde la Plaza Mayor, la ruta natural te lleva hacia la Iglesia de San Juan Bautista, un tesoro de origen románico que domina el horizonte del pueblo con su imponente presencia. Este templo, que ha sido testigo del devenir de generaciones de habitantes de Pedraza, guarda en su interior una pila bautismal del siglo XIII, una pieza exquisita que refleja la devoción y la maestría artesanal de la época. Cada detalle, desde los arcos románicos hasta los toques barrocos añadidos en intervenciones posteriores, te sumerge en un viaje a través de la evolución arquitectónica y religiosa de Castilla. Pero la experiencia no termina allí. A medida que te adentras en las calles adoquinadas, te toparás con la Plaza del Ganado, que en su día fue el epicentro de las ferias y mercados, y el Pozo de las Hontanillas, un aljibe que sirvió como fuente vital de agua en tiempos de asedio. Estas paradas imprescindibles no solo te permiten conocer el patrimonio de Pedraza, sino que también te envuelven en la atmósfera medieval que aún impregna cada rincón del pueblo, creando una experiencia única y envolvente.
Una visita a Pedraza no estaría completa sin descubrir la Cárcel de la Villa y el Castillo de Pedraza. La Cárcel, gestionada por la Fundación Villa de Pedraza, te sumerge en la oscura historia de la justicia medieval, con sus mazmorras y celdas de madera que narran historias de castigos y reclusión. El Castillo, por su parte, fue testigo de importantes acontecimientos históricos, como la prisión de los hijos del rey Francisco I de Francia. Restaurado en el siglo XX por el pintor Ignacio Zuloaga, hoy alberga un museo con obras del artista y su colección personal. Desde el patio de armas, las vistas al paisaje que rodea Pedraza son sencillamente impresionantes, ofreciendo un cierre perfecto para tu visita a este pueblo lleno de encanto y patrimonio.
Para los amantes de la naturaleza, Pedraza no solo es una joya histórica, sino también un refugio natural que promete una experiencia inolvidable. El Paseo Francisco Muñoz es un recorrido que te invita a descubrir las impresionantes vistas panorámicas que envuelven la villa, regalando una perspectiva única de los valles y montañas que rodean este enclave medieval. A medida que avanzas por el sendero, el aire puro y la tranquilidad te invitan a detenerte y disfrutar de la serenidad que emana del paisaje. Los campos verdes, que se extienden hasta donde alcanza la vista, contrastan con la solidez de las antiguas murallas y construcciones de Pedraza, ofreciendo un espectáculo visual en el que la naturaleza y la historia se entrelazan armoniosamente. Aquí, cada paso es una oportunidad para conectar con el entorno, mientras los sonidos suaves del viento y los ecos de la fauna local enriquecen el paseo con una sinfonía natural.
Desde este paseo, no solo puedes admirar la grandeza del paisaje, sino también sentir cómo la calma del entorno te envuelve, alejándote del bullicio de la vida cotidiana. La combinación de vistas espectaculares, la brisa fresca y el silencio roto solo por los sonidos de la naturaleza hacen de este lugar el escenario perfecto para quienes buscan una escapada relajante. El Paseo Francisco Muñoz te ofrece la posibilidad de sumergirte en un entorno que invita a la reflexión, a la desconexión y a disfrutar de la simple belleza del paisaje que complementa de manera perfecta la riqueza cultural e histórica de Pedraza. Es un rincón ideal para quienes desean encontrar un equilibrio entre la inmersión en el pasado medieval del pueblo y la paz que proporciona el contacto con la naturaleza en su estado más puro.
Además, no puedes perderte las famosas Noches de las Velas de Pedraza, un evento único que transforma la villa en un escenario mágico. Durante estas noches, miles de velas iluminan las calles empedradas y monumentos de la villa, creando una atmósfera casi onírica que te transporta aún más al pasado. Este festival, celebrado en julio, atrae a visitantes de todo el mundo, quienes vienen a disfrutar de los conciertos de música clásica en un entorno iluminado solo por la luz de las velas. La combinación de música, historia y el encanto de Pedraza hace que estas noches sean una experiencia inolvidable, convirtiendo a este pequeño pueblo en un referente cultural en la región.
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